lunes, 26 de julio de 2010

Departures: El ritual de la despedida.

El otro día, mientras caminaba por Lastarria junto a unos amigos, pasé frente al Biógrafo y noté que estaba esta película en cartelera, y comencé a recordar las circunstancias en que me topé con ella.

El año pasado falleció mi abuelita como resultado de una larga batalla contra el cáncer, y por este período estuve particularmente susceptible y sensible en relación a la percepción de la vida y sus detalles, y como por arte de magia apareció esta película en mi vida. Recuerdo precisamente el momento en que la vi: una noche cualquiera, un poco de tiempo libre antes de irme a dormir, Messenger funcionando. Todo partió como una excusa para matar el tiempo y acabó como una alegoría de mi vida hasta ese momento.

La película trata sobre Daigo Kobayashi, un joven chelista (de los que tocan chelo. Los que toman chela no tienen profesión ni oficio relacionado con el rubro, sorry) que pierde su trabajo debido a la quiebra de su orquesta y junto a su esposa, Mika, debe volver a su pueblo natal. En éste lugar decide trabajar en “NG”, una agencia que se dedica a practicar el Nokanshi, un tradicional y antiguo ritual mortuorio que consiste en preparar al difunto para su viaje hacia el más allá. Ahora bien, no comprendo el motivo, debe ser por idiosincrasia, pero a nuestro protagonista pareciera avergonzarle su nuevo oficio y carga con el peso de tener que llevar la nueva ocupación en secreto.

La cosa que pasa con esta película es que, mientras el personaje principal hace un viaje espiritual y sana viejas heridas, yo fui haciendo mío su pesar, su autodescubrimiento y sus conclusiones. Así como el personaje se interioriza con el largo procedimiento al que se debe acostumbrar (bañar y vestir al difunto, perfumarlo y realizar una ceremonia de partida), hice mio su aprendizaje, y con él lloré, reí y me perdoné por no tener nada que hacer más que acompañar a aquellos que se van.

No diré que fue gracias a él que pude asumir con mucha más calma lo de mí abuelita, porque le agradezco eternamente a mis amigos y mí familia que estuvieron siempre junto a mí. Lo que diré es que ciertamente hizo las cosas un poco más llevaderas.


Más información sobre esta película en IMDB.

1 comentario:

Remy Labraña dijo...

Sin duda es importante cómo la visualidad y las historias que se cuentran a través de ella son más que un vestigio. Son parte reflexiva de nuestras vidas.